PELUQUERÍA FRANCESA Y BOULEVARD LAVAUD: LA TRADICIÓN DEL BARRIO YUNGAY NUNCA MUERE
Por María Alejandra Troncoso y Javiera Navarrete
Contenido: “Cuando esta pasión se convierte en un modo de expresión ya no hay vuelta atrás”.
Para la escultora, Tere Haussler, la mujer y sus “bailarinas” transmiten, y son su sello. “Mi obra, como todo en la vida, he ido madurando y encontrando cada vez más claro mi camino. Mi trabajo es armonioso, de líneas cálidas, sutiles, que trasmiten calidez, paz, femineidad y a la vez fortaleza. Las Bailarinas, son mi manera de expresar toda la belleza de la vida, volver a ver las cosas desde lo estético, expresar a través del arte todo un mundo femenino, las bailarinas demuestran toda esa fortaleza qué hay detrás de cada mujer, bailándole a la vida, serenas y tranquilas, conectando sutilmente lo terrenal y lo etéreo”.
¿Qué te inspira y motiva a dedicarte al arte?
Desde muy chica siempre fue mi pasión la manualidad, modelar con greda, tallar madera, hacer construcciones. Nunca tuve limitaciones para usar herramientas. Al contrario, siempre me facilitaron su uso, aprendiendo así su manejo con todas las precauciones necesarias.
Los volúmenes, las proyecciones de las sombras, el trabajo manual, la maestranza, la magia de crear objetos con vida, que trasmiten ideas, pensamientos sueños. Fue la libertad de usar el material para crear formas. La escultura tiene un recorrido en 360, diferentes vistas de perfiles, diferentes ángulos y perspectivas que la hacen muy rica y muy potente en el momento de crear.
Cuando esta pasión se convierte en un modo de expresión ya no hay vuelta atrás, es un estilo de vida, desde entonces la escultura me acompaña a donde sea que valla.
Al preguntarle cómo se definiría, nos responde, “soy una escultora figurativa sensorial. Busco que el espectador sienta, que se conecte con su ser, que mi trabajo invite a la calma y poder darle así un espacio de reflexión. Para comenzar una nueva obra hago varias maquetas en plasticina, cuando una de ellas ya comienza a tomar forma, es donde empieza la parte más entretenida, es un nacimiento. Ahí toma vida propia, y empiezan mis manos a modelar y a expresar a través de esta forma todo lo que tiene que decir, es el momento de la creación pura. Es justo ahí cuando se definen mis obras, las mujeres bailarinas cada una tiene algo distinto que decir. En el momento de la creación es donde se definen”.
“Para mí, cada obra es un desafío nuevo, cada una tiene una expresión especial, puedo pasar horas trabajando en ellas, esa expresión tanto en la cara, en las manos y en los gestos de su cuerpo, tienen que mantenerse durante todo el proceso de la escultura en bronce, que pasa por varias etapas, el modelado, el molde de silicona, el segundo positivo en cera, el molde de cerámica y recién entra el bronce!! Es un tremendo desafío lograrlo. Cuando veo mi trabajo listo, después de haber pasado por todas las etapas necesarias y sigue expresando lo mismo….ahí recién puedo decir “mi escultura está lista”.
Durante el 2020, aprovechó el tiempo de encierro para vivirlo en la playa en el sur. “Ahí en medio de la pandemia, caminando por la playa me encontré con una red de pescadores ya dada de baja con todos sus flotadores y restos del mar. Ahí es donde empezaron mis bailarinas a vestirse con distintos materiales reciclados, primero fueron las redes que encontré en distintas playas de Chile, buscando las que ya habían hecho su trabajo en el agua. Ahora les estaba dando una segunda vida. También use maderas, láminas de bronce y láminas de cerámica, logrando un trabajo muy entretenido.
siempre con el bronce como materia principal, torsos de mujeres en bronce con todos sus detalles bailándole a la vida, mujeres de luz, iluminando momentos difíciles, dándole al espectador un poco de esa calma perdida, algo de serenidad y armonía.
¿Cuáles son tus próximos desafíos?
Estoy con varias esculturas nuevas que aún no salen de fundición. Ya listas, quiero preparar una muestra para el 2023/2024. También estoy trabajando con formatos más grandes para jardines, algo que me tiene súper entretenida, son grandes desafíos que espero poder entregar a fin de este año. Y en paralelo al proceso de fundición, trabajo en nuevas maquetas para el 2023, una de ellas es para un proyecto muy bonito, una escultura del duelo, que nos recuerda a todos nuestros niños que ya han partido, una obra que nos va a invitar a reflexionar sobre la vida y la muerte, que nos enseña a vivirlo como lo viven nuestros niños. Hay que tener coraje para moverse por la vida bailando con alegría y entusiasmo sencillamente para celebrar que estamos vivos. Que no se nos olvide vivir felices, que nuestra luz interior brille y no avergonzarse de vivir feliz. Seguir bailando a la vida”, dice Tere Haeussler.
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