• octubre 5, 2024

DOÑA PILAR JORQUERA, ICONO DE LAS TRADICIONES CHILENAS

Por Lucas Vega y Juan Andrés Sastre

 

“Me  fascina el campo, los caballos, las comidas típicas y el  18 de septiembre; En todo lo que huela a patria, ahí estoy yo”

 

El Principado de Mónaco recibió las tradiciones de toda la Región de O’Higgins.

 

 

Isolina Del Pilar es el nombre de Pilar Jorquera, se siente muy identificada con el “Isolina, significa mujer de carácter fuerte y decidido y Pilar soporte, zagas y organizada”.  Ella es una de las mujeres más comprometidas con las tradiciones de Chile. Oriunda de Peralillo, uno de los pueblos más lindos del Valle de Colchagua, a sólo 25 kilómetros de Santa Cruz, donde después de décadas de un ir y venir se asentaron hace más de veinte años, junto a su marido y a su hijo menor.

De profesión decoradora de interiores, nos cuenta que cuando empezaron el proyecto del Hotel Plaza Santa Cruz ella y su marido lo hacían todo “Carlos construía y yo decoraba, aunque a él le asustaba mucho mi elección de colores. Ahora la encargada de la decoración es Panchita, hija de mi marido”.

En el jardín de invierno de su casa, Pilar habla de lo importante que son los colores para ella en la decoración y en la vida diaria. “Yo elijo colores vivos, porque dan emoción en los días de invierno en el campo, además las casas deben ser para vivirlas, esta casa fue pensada para hacer celebraciones de la familia y estar con amigos”.

Es en este lugar tan especial para Pilar, es el que escogimos para entrevistarla, donde ella abrió su corazón y nos contó de su vida y futuros proyectos.

¿Por qué esta casa es tan especial para ti Pilar?

Porque como les dije antes, fue hecha para disfrutarla. Además tiene una anécdota, cuando conocí a Carlos en la plaza de Santa Cruz, le pregunte si él cuándo venía, se quedaba  con sus padres y él me cuenta que se quedaba en un campo “El Boldal”. Yo no lo podía creer porque a este campo yo venía desde chica, era del papá de una de mis mejores amigas del colegio, donde había pasado mucho tiempo en su época de colegio, desde ahí supe que esta iba ser mi casa.

Uno de los aspectos más destacados de esta estupenda mujer es su trabajo, casi como guardiana de nuestras tradiciones chilenas, a ella le encanta ser huasa y siempre lo recalca,  nos dice “me  Fascina el campo, los caballos, las comidas típicas y el 18 de septiembre; En todo lo que huela a patria, ahí estoy yo”.

 

 

¿Cuéntanos como llevas las tradiciones del campo chileno a un nivel de excelencia?

Nunca nadie quería ser huaso, todos querían tener apellidos europeos y ojalá difíciles de pronunciar. Cuando viajaba por Latinoamérica, me empecé a fijar en cómo  vivían su cultura y que nosotros teníamos tan buenas materias primas como ellos. Entonces pensamos en llevar nuestras tradiciones más allá, en convertirlas en un objeto de deseo; Al principio fue una moda, pero después, pasó a ser algo donde todos querían estar, es lo que hicimos con la gastronomía. Cuando a Carlos se le ocurrió hacer un hotel, yo lo primero que pensé ¡que vamos a dar para comer! Y me empecé a reunir con Les Toques Blanches, Coco Pacheco, Joel Solorza, Carlo von Mühlenbrock, Guillermo  Rodríguez, Luis Layera, entre varios otros chefs que eran especialistas en cocina chilena. Ellos veían nuestros productos y hacíamos un plato con la misma intención, pero distinta decoración.

“Cuando tienes claro quién eres, no tienes por qué temer”. La gente aquí viene a disfrutar la comida tradicional, un buen asado de cordero, un arrollado y sopaipillas. Eso es lo que vas a encontrar en la carta de nuestro hotel pero llevado a la excelencia, que es lo que buscamos.

Pilar también se caracteriza por vestir con orgullo nuestro traje típico y hacer de él algo que todas las mujeres quieran usar. “A mí me gustaba ver cómo en otros lugares del mundo disfrutaban su vestimenta típica y la usaban para las ocasiones especiales, tomé eso y lo profesionalicé; Mis trajes son más de fantasía, porque tenía que encantar a las mujeres y a los jóvenes, hacer que todos quisieran usarlo, como yo lo hago siempre”.

 

¿Crees que es importante el rol de la mujer en la historia de las tradiciones chilenas?

Por supuesto, las grandes mujeres de Chile como Inés de Suárez, Paula Jaraquemada, Javiera Carrera, entre muchas otras, eran aguerridas y grandes jinetes. Ellas hacían que se cumplieran las tradiciones y celebraciones de nuestro campo, en los tiempos de guerra o de escases, eran las que proveían al hogar,  ellas llevaban el pandero, eran las Doñas.

 

 

Supimos que escribiste un libro de cocina chilena… cuentanos de eso!

Es una compilación de recetas tradicionales de nuestra cocina. Trabajé con cocineros destacados y Rosa Cárcamo, mi nana, quien no solo me ayudó en la preparación de este libro. Ella fue la encargada de su presentación, cuando lo publicaron. Tuvo mucho éxito es sus dos ediciones y quiero rehacerlo, pero esta vez con fotografías.

Aparte de las tradiciones chilenas, ¿qué otro proyecto estás desarrollando actualmente?

Estoy muy metida en la lucha contra el cáncer. Desde que me pidieron ayuda, he tratado de aportar todo lo que puedo, consiguiéndome edificios para iluminarlos en la fecha que se conmemora el día de cáncer de mama -del color rosado característico de esta fundación.- También estoy trabajando en proyectos contra la violencia familiar, en contra de las mujeres y de cualquier miembro de la familia, es una campaña en que la municipalidad de Santa Cruz, y su oficina de la mujer, me pidió cooperación. Estamos trayendo a personajes de diferentes ámbitos, para la realización de estas charlas.

También estoy comenzando un proyecto nuevo, siempre me interesa partir en esta provincia. Somos cuatro mujeres de la zona con voz que queremos hacer un trabajo de educación cívica y filosofía, ramos que en los colegios ya no se dan, como ven tengo demasiados intereses.

 

 

¿Qué impresión te da Chile actualmente?

Yo creo que en Chile hubo un antes y un después. Es más, en todos nosotros creo que lo hubo, yo estaba en Tahití con una amiga para el estallido social, en la playa, un día en la mañana me preguntan ¿Qué paso en tu país? Yo no tenía idea, no había visto noticias y mi familia no me había contado nada. Creo que nadie pensó en la magnitud del problema. Ahora, pasado el tiempo, se puede entender que ese movimiento tuvo algún tipo de planificación, esos jóvenes que participaron del estallido,  son jóvenes que tienen todo mucho más fácil que nosotros cuando éramos niños, antes teníamos derechos, pero también deberes, se respetaban nuestros símbolos patrios, a Carabineros, a las mayores a las instituciones, hoy eso se ha perdido.

Pandemia y proyectos

Después del estallido nos viene una pandemia mundial. Todos encerrados. Hubo grupos que la pandemia le pego muy fuerte, turismo, las cosas sociales, revistas, banqueteros entre otros. Nosotros somos una zona turística y nos afectó mucho, pero de a poco nos hemos ido reponiendo y hoy estamos a full con turistas nuevas y buenas actividades, con zonas gourmet de gran nivel.

“En cuanto a mis proyectos profesionales, en estos momentos me encuentro estudiando un Diplomado en la realización de espectáculos antropológicos, porque quiero replicar la fiesta rural de Mendoza, que es una de las fiestas más grandes que he visto,  aquí en Santa Cruz”.

Producto del interés cultural de Pilar y de la Fundación Cardoen por promover nuestras tradiciones es que se forjaron relaciones con el Principado de Mónaco. “Eso fue porque yo era muy amiga de la Cónsul de Mónaco en Chile Danielle Bianqueri, ella venía a todas las Vendimias y Fiestas Gastronómicas que hacíamos en Santa Cruz  y quería que estuviésemos en Mónaco con nuestra cultura Colchaguina.  Fue la Corporación Raza Chilena la que llevó las tradiciones de la región de O’Higgins hasta el Principado, donde estuvieron presentes nuestros trajes, comida, folclor y música durante un mes,  terminando con una fiesta en donde el mismísimo Príncipe Alberto era el anfitrión”.

Ella es Isolina del Pilar “Doña Pilar Jorquera”, musa de diseñadores chilenos en los ochentas, una de las socialités más fotografiadas en los noventas y hoy la mujer responsable de llevar nuestras tradiciones a lo más alto, en Chile y el mundo, porque como las antiguas doñas, ella siente orgullo de su tierra, de Chile y su legado, sobre todo cuando le dicen que es una huasa de tomo y lomo”.

 

 

 

Carlos Rosenberg

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