PELUQUERÍA FRANCESA Y BOULEVARD LAVAUD: LA TRADICIÓN DEL BARRIO YUNGAY NUNCA MUERE
Carlos Rosenberg 
Por María Alejandra Troncoso
Destacado contenido: “El desafío está en entregar un aporte a la comunidad y en ese sentido mejorando la calidad de vida de los habitantes de la ciudad”
Trabajan cada proyecto como único, interpretando a sus clientes y con un sello muy propio que se inspira en la búsqueda de aportar a la calidad de vida de las personas y a mejorar la ciudad. Son Felipe Ossa Aninat y Matias Zuñiga Jory, arquitectos y fundadores de OZ ARQUITECTOS.
“Nuestra búsqueda es la multifunción de los espacios, el aprovechamiento de cada rincón y la posibilidad de transformación según la necesidad. Tenemos una debilidad notoria por los materiales nobles, como la madera o la piedra, las cuales intentamos proponer en casi la totalidad de nuestros proyectos”. Así definen su trabajo estos dos colegas y amigos que se conocieron en el colegio, estudiaron lo mismo y que finalmente, “decidieron emprender juntos”.
Trabajo para las personas
La evolución de su oficina ha ido de la mano de la escala de sus proyectos, aunque con los mismos elementos, espacios, superficies, materiales, etc. Y así lo explican. “Nuestro crecimiento como arquitectos, lo vamos dimensionando en la escala de los proyectos realizados. Partimos desarrollando ampliaciones menores, habilitaciones de oficinas, viviendas particulares, cocinas, quinchos, etc. Trabajar la arquitectura junto con la construcción nos dio la posibilidad de estar a cargo de todo el desarrollo, desde el diseño hasta la materialización, lo que nos permite tener un mayor conocimiento de los materiales y saber de qué manera aprovechar al máximo las características de cada uno. Presentar un diseño sin limitaciones formales que entregue soluciones factibles, que no genere dudas e improvisaciones en la obra.
Hoy nos vemos desarrollando proyectos de una escala mayor; edificios residenciales, condominios habitacionales, proyectos DS19 (edificios de subsidio habitacional), donde el desafío está en entregar un aporte a la comunidad y en ese sentido mejorando la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
¿Cómo ves el rol del arquitecto hoy en Chile?
La arquitectura chilena siempre se ha visto como una disciplina muy elitista, de hecho nuestra experiencia laboral se basa generalmente en encargos de privados. Sin embargo el ejercicio de ésta trasciende a lo privado y entrega soluciones íntegras a personas y a la ciudad. En ese sentido el arquitecto tiene mucho que decir del aporte urbano que puede generar. Debe tener una participación mucho más activa en la gestión de los proyectos, no estar esperando el encargo, si no que proponerlo.
El arquitecto debe de ser más que una especialidad del proyecto, debe aportar en la gestión y en la ejecución, ya que tiene las capacidades para esto y una visión social del espacio. Esto nos ha puesto como objetivo primordial poder gestionar proyectos propios en los cuales seamos un real aporte a la comunidad y la espacialidad urbana.
Dedicación y comunicación
En el entendido que un proyecto de arquitectura requiere de tiempo y mucha dedicación, destacan que “lo fundamental del proceso es la comunicación, saber escuchar las necesidades de los clientes e interpretarlas en un producto que satisfaga los requerimientos planteados y entregue una solución adecuada tanto para el cliente como para el usuario y espectador del espacio”.
Trabajamos una propuesta arquitectónica, espacial y volumétrica dónde los conceptos fundamentales están determinados por las necesidades de los clientes y las condiciones del emplazamiento, orientación, aspectos urbanos, condiciones climáticas, recursos naturales, equipamiento, conectividad.
¿De dónde viene hoy la inspiración de su trabajo?
Cada proyecto implica un entusiasmo distinto, un conjunto de ideas que interpreten de manera óptima el encargo. La inspiración es la deducción que hacemos entre los requerimientos del usuario y el emplazamiento del proyecto, en cómo abordar y estudiar lo que se necesita y lo que existe o sea propio del lugar. Para nosotros cada proyecto es único y tiene su propio sello, el cual intentamos leer de cada cliente. A partir de esto, son los mismos materiales, así como la constante inquietud sobre la innovación, las que moldean los espacios que finalmente se proyectan.
En chile tenemos diversos materiales y de muy buena calidad. Siendo un país sísmico y de producción maderera optaría por las construcciones livianas de estructuras flexibles, donde los proyectos modulares han ganado bastante terreno. Paneles de madera, volcometal y hasta hormigón prefabricado, son una excelente opción y muy fáciles de revestir en cualquier material.
¿Cómo incorporan a sus proyectos de arquitectura el desafío que sustentabilidad?
Hay cada vez más soluciones que apuntan a la sustentabilidad de la construcción y eso nos tiene bien entusiasmados, aún cuando nos falta muchísimo camino. En el diseño intentamos generar sistemas pasivos dentro de nuestros proyectos que ayuden al confort térmico, desde el asoleamiento y ventilación cruzada de cada uno de los recintos, o una doble piel en casos de fachadas ponientes que se ven azotadas por el sol de la tarde, así como también en la recuperación de aguas grises generando sistemas paralelos de alcantarillados y así poder recuperar aguas para regadío etc. Además, intentamos elegir materiales nobles, que en sus procesos de elaboración no produzcan un gasto energético importante y tengan el menor impacto en el ecosistema. Trabajar con productos que se encuentren en la zona, aprovechando los recursos naturales y adecuarse a los sistemas constructivos predominantes del lugar.
Contacto
Fotografía: Diego Elgueta intsgram: photografia_del
