PELUQUERÍA FRANCESA Y BOULEVARD LAVAUD: LA TRADICIÓN DEL BARRIO YUNGAY NUNCA MUERE
Por María Alejandra Troncoso
En una entretenida y extensa conversación, conocimos a Mariana Rencoret, en un momento donde el arte está retomando su presencialidad y la escultura se puede apreciar en todas partes. La artista chilena es una mujer de muchas palabras; sus respuestas son amables e intensas como su personalidad.
Mi primer trabajo fue en una tienda de mobiliario, desarrollando un nuevo departamento, donde estaba a cargo de toda la línea de closet. Luego trabajé en el showrrom de una reconocida marca de cerámicas y también en la gerencia de un retail de construcción y mejoramiento del hogar. Todo esto fue una gran escuela. Pienso que de ahí viene mi interés por renovar y remodelar espacios. Además de haber tenido la oportunidad de viajar a lugares mágicos como Turquía, Marruecos, Israel, Japón, China, Indonesia entre otros, los cuales siempre son fuente de inspiración”.
Luego de realizar un diplomado de iluminación arquitectónica en la Católica quise traspasar esta idea a una casa moderna de hormigón, con un estilo más bien Paulista, una casa de lozas delgadas, de grandes ventanales, que se pudieran abrir por completo para dejar entrar a la naturaleza que es la protagonista, una casa de grandes terrazas sin muros ni pilares. Y los dos pisos, lo más libres y limpios, con un trabajo de iluminación muy pensado para lograr las atmósferas necesarias para ello, una característica muy de Sao Paulo.
Y fue en ese período en que se involucró con la escultura. “Si no tienes la mente ocupada, no hay inspiración¨, explica con la frase del célebre Pablo Picasso, “el cual siempre ha sido mi motor. Y así llegué buscando trabajar en la tridimensionalidad. Había pasado por clases de pintura y dibujo varios años, pero siempre como hobby. Al principio necesitaba algo cercano a mi casa para poder dibujar los planos y ahí tomé clases con Javier Stichtin. Y hoy desde su taller en vías de instalación en el subterráneo de su casa, recuerda que sus primeras esculturas, “que eran para su casa nueva, las vendí en un mes. Luego, llegué al taller de Pamela Galleguillos y mi vida cambió”.
¿Qué te llevó a la escultura?
Soy muy inquieta, multifacética. He tomado clases de pintura, dibujo, cerámica y de escultura.
Estaba en un período en que necesitaba algo que me mantuviera ocupada para poder inspirarme en la arquitectura de mi casa y ahí la descubrí.
Al llegar al taller de Pamela conocí mi real camino como escultora. Ella ha sido capaz de enseñarme y captar lo que tiene mi alma y mi corazón, que es de donde viene la inspiración. Además de enseñarme a modelar, me ha enseñado a expresarme en la dramatización de la obra y a no perder la proporción. Junto a ella, además, logré lo que siempre soñé tener, mi propio lenguaje. Mis obras renacer y florecer fueron mi respuesta, ellas emergen de la tierra, de la materia.
Hoy me he convertido en ayudante de taller de escultura en la Fundición de Pamela quien trabaja junto a Octavio Román. Desde un principio, ambos fueron muy generosos conmigo y me dijeron: tienes mucho talento y facilidad, sólo te hace falta que te guíen. Desde ese momento ha sido un sin parar, es como una avalancha de ideas que he aprendido a canalizar y traspasar a mi obra y trabajo en la fundición.
¿Cómo describes tu vida?
Soy una mujer bendecida, soy muy feliz con lo que hago, trabajé mucho en todos los aspectos de mi vida para que hoy fuera así. Tengo muchos y grandes amigos cosa que hoy tampoco es fácil decir. Soy madre de dos maravillosos hijos y abuela de dos nietas sanas y preciosas, la mayor intensa como su abuela,(jaja), la menor aún es muy chica como para saberlo.
¿Cuáles son tus proyectos?
Tengo tres proyectos que me tienen fascinada. En marzo me voy dos meses y medio a Europa a profundizar mis conocimientos de escultura y a dejar que la belleza se expanda en mi alma en un viaje totalmente inspiracional, para volver renovada y con un millón de ideas en la cabeza y bocetos en la croquera. ¨Crié muy chica, ahora soy abuela, es mi momento¨.
El otro proyecto es participar como ayudante del taller de escultura con Pamela en sus próximos proyectos. Eso me habla de la confianza de Pamela y de lo bien que he aprendido. Encontré a una profesora real y muy generosa. Es muy difícil encontrar profesores con mucho conocimiento y que además lo compartan, Al igual que Octavio Román un ser humano y escultor fuera de lo común. Hacemos un gran equipo y eso me tiene muy orgullosa.
Y si todo resulta, en el segundo semestre dictaré talleres a los niños de la Fundación Nuestros Hijos y a sus madres con la diseñadora Gloria Villalobos. La idea es trabajar con los niños con materiales reciclables, elementos reutilizables, ue en su enfermedad vean la posibilidad de redescubrirse, de encontrar quizás una oportunidad totalmente nueva en la vida. Yo también tuve cáncer y sé lo que es…Una actitud positiva y un trabajo bien guiado, puede traernos tanta satisfacción, que puede curarnos el alma
Contacto: marianarencoret_escultora