• abril 18, 2024

Francisco Camiroaga, decorador: «Decorar espacios es un trabajo que se hace en conjunto”

“Me gusta que reconozcan que es un espacio inédito, porque en eso trato darle mucha personalidad  a los proyectos”

 

En un entorno donde la naturaleza es la protagonista en sus distintos formatos, con un sello que refleja la especial preocupación por la escacés, con jardines secos y vegetación de poco requerimiento de agua, está la casa del decorador Francisco Camiroaga, en Colina. Una casa que bien podría estar en cualquier parte del mundo, por su estilo provenzal tipo granero,  de los que se llevan hoy y donde los espacios cohabitan. La iluminación natural también es protagonista, que se potencia gracias a los grandes ventanales en la parte alta de una de las caras del living. En la noche, la terraza tiene iluminación solar que se complementa con la del living. El resto de la casa se diseñó con iluminación localizada y ampolletas spot, que dan un rayo de luz localizado a diferentes espacios de la casa. Así lo decidió su propietario y decorador, “se iluminan muebles y objetos de manera localizada”.

 

 

Reconocido por su estilo y buen gusto, fue a los 14 años cuando debió hacerse cargo de su casa, “de todo lo que eso incluye, desde a arreglar algún enchufe, a la decoración, el jardín… En fin, todo lo que conlleva una casa”. Ahí se dio inicio a su interés por lo estético. Después, “junto a varios artistas formé un taller de diseño. Había estudiado arte, y en ese entonces era fotógrafo. Nos juntamos con escultores, otro fotógrafos, había también un pintor. Empezamos a hacer arte objeto con distintos materiales”.

 

Y fue así que comenzó hace 30 años atrás, en una casona en el barrio Yungay, cuando aún no era lo que es hoy y la decoración tampoco. “Armamos el taller y jamás nos imaginamos a dónde iba a llegar. Estuvimos alrededor de 15 años funcionando a full, olvídate cómo iban a comprar. En los noventa se ocupaba mucho el objeto arte. Uno podía tomar un objeto muy cotidiano como un florero, candelabro etc, pero la idea era que también tenía una connotación artística. Con esto empezamos a surtir las casas, en un tiempo en el que tampoco había mucho. Todavía no había variedad de tiendas y ese tipo de cosas. Llegaban los decoradores al taller y nos pedían a nosotros que hiciéramos los proyectos con nuestro trabajo. La verdad, para nosotros era como un juego que de apoco se empezó a profesionalizar. Como nos iba bien, más investigábamos”.

 

 

¿Cómo ves que ha evolucionado la decoración y los clientes en Chile?

En los últimos 30 años, ha evolucionado un montón. Antes, la gente se compraba las casa hechas, no estaba mucho la idea de construir un espacio propio, como los condominios que ahora se compran en verde  o casas en terrenos en Santiago, la playa o el campo, que permite  intervenir los interiores que es lo que yo hago ahora, trabajando a la par con el arquitecto y revisando todos los detalles del lugar, desde la arquitectura interior y después con la decoración. Esto ayuda mucho a un muy buen resultado y distribución de los recursos.

De alguna manera uno parte de cero viendo revestimientos, piso, iluminación. Definimos en qué lugar puede ir un enchufe. En resumen, uno hace toda una programación. Para esto, con Amalia Frugone, arquitecto asociada,  desarrollamos en conjunto todo tipo de proyectos en los que ya tenemos un código en común. Y en casas que ya están hechas, también las transformamos  y remodelamos con excelentes resultados.

Cuando yo era chico, estamos hablando de 50 años atrás, era muy normal que se heredaran los muebles de familia.  Hoy en día nadie quiere los muebles antiguos, con toda la oferta que hay, y donde diferentes tiendas traen  de afuera las tendencias directamente de New York,  Europa o a veces algunas cosas más corrientes de China, pero que no dejan de tener diseño. Con eso, uno puede armar y mezclar con los muebles que ya hay en una casa.

 

 

¿Cuál crees que es la tendencia que marca hoy en la decoración?

Yo creo que el minimalismo, todo lo que son accesorios y adornos, están como en retirada. Ahora hay mucha más preocupación por los materiales, terminaciones en los interiores; iluminación, domótica. Las cortinas también juegan un papel importante en la regulación de la iluminación y las alfombras que lideran, es decir, nadie concibe un espacio sin tener una alfombra, la que te entrega calidez y marca  y define un espacio determinado . También es importante el mobiliario, que sea cómodo,  que  de  espacio de movimiento y que no esté todo apretado, donde la gente pueda circular y no tenga que pasar como de lado detrás de una silla o cosas por el estilo. La meta siempre está en  conseguir esa circulación y la comodidad.

 

Siento que en Chile no hay  un sello, debido a la falta del rescate de la artesanía y mobiliario local de antaño. Tenemos la cestería, la greda, maderas inéditas del sur de Chile  y tantas otras más  que podríamos  integrar para dar ese sello propio como país. Se copia mucho para afuera y entre nosotros también,  lo que tampoco aporta. Eso no quiere decir que como profesionales  no estemos al día del diseño contemporáneo y nos inspiremos  en él  para dar una visión renovada de lo qué pasa con el diseño y la decoración cada año.

 

 

¿Cuáles son los espacios que más buscas al decorar? 

Los lugares que más se intervenían eran el living, comedor y recibidor. Pero cada vez uno se mete más a la casa entera,  concibiendo el exterior y la terraza, que en simples palabras son la unión entre el jardín y  la casa. Al final todo va uniéndose. Después de la pandemia me ha tocado mucho transformar la casa, es  decir, ocupar prácticamente cada centímetro cuadrado, tomar lo que era la pieza de invitados para convertirla en la oficina del dueño de casa o una habitación vacía, en un gimnasio. En fin, se pasó a adaptar los espacios a la vida de hoy en día, que se vive mucho más en la casa. También pasa mucho que luego de arreglar una habitación de la casa, automáticamente pasas a otra, porque los espacios no quedan armoniosos, se ven triste una al lado de la otra.

 

¿Cuál es tu desafío? 

Que los clientes se sientan identificados con el espacio intervenido y que rápidamente lo hagan parte de ellos. Y si bien es un trabajo que se hace un conjunto,  hay gente que cree que contrata a un decorador y no haces nada más. Pero después empiezan a llegar las cosas y chuta no era lo que imaginaban. Entonces, hay que participar en el desarrollo de la elección de los materiales, de la iluminación. Al principio suena fácil, te dicen elígelo tú, pero al final hoy en día hay tantas opciones en el mercado, que es difícil elegir la correcta sin tener la opinión del cliente.

Por eso, decorar espacios es un trabajo que se hace en conjunto. Pocas veces he tenido esa oferta de ´haz  tú lo que quieras´,  pero no queda tan personalizado como debería ser un trabajo de decoración. Si bien es la base de la necesidad del cliente, que también se acopla a la arquitectura de la casa, no queda con su sello, que es algo que yo siempre trato de buscar, que al final los clientes queden con una casa que los represente.

 

 

¿En qué te inspiras a la hora de decorar un espacio?

Me inspiro en mi experiencia, viajes y en todo lo que he visto, porque pucha que he visto cosas. Pero al momento de enfrentarme a un  proyecto, escucho a los clientes. Eso lo aprendí de un  japonés que en las primeras reuniones no habla nada, deja que el cliente exprese todos sus requerimientos y gustos para luego hacer un plan de propuesta . Yo trato de hacer eso en la primera reunión porque uno  interviene  mucho en los clientes dando sus percepciones  de lo que habría que hacer  y el objetivo es que sin filtro ninguno, expresen todas sus ideas, gustos, aspiraciones y recursos  que asignaran para lo mismo.

 

¿Cómo has conseguido el equilibrio entre la estética y la comodidad en tus diseños?

Entre la estética y la comodidad no hay una sin la otra. Los espacios no funcionan con  una o la otra.  Es casi como una obligación. La parte estética yo la manejo bastante bien y lo que es comodidad tiene mucho que ver con el mobiliario que se elige, porque es muy cierto que cuando tú te sientas en un original italiano de diseño, notas la diferencia realmente, las cosas cómodas son más caras.

 

¿Qué es lo que más te gusta que piense la gente a ver tus diseños?

Me gusta harto cuando la gente advierte mi sello, eso quiere decir que yo tengo uno, aunque muchas veces yo no trabajo con la ambición de dejar esa marca. Es algo que uno lleva de forma muy natural. También me gusta que reconozcan que es un espacio inédito, porque en eso trato darle mucha personalidad  a los proyectos.

 

¿Cuáles son los materiales que se destacan en tu casa?

Los materiales que más hay en mi casa son madera, fierro y materiales nobles como el lino. También destacan los colores claros. Es una casa muy espontánea, nunca me propuse hacer algo en concreto. En primer lugar, esta casa no era mía, era de  mi hermana y tenía menos espacio y yo la he ido adecuando a lo que he necesitado y viviendo, algo que obviamente no puedo hacer con un cliente en donde tengo que proyectar  con un plazo determinado. Además en mi casa me gusta mucho experimentar como laboratorio, pruebo materiales, iluminación, mobiliario jardín y voy sacando conclusiones muy interesantes que aplico con mayor seguridad en mis proyectos.

 

En un espacio especial, un muro dedicado a su hermano Felipe, con fotos en blanco y negro. Aunque prefiere no hablar de él, recuerda, “yo le decoré todas las casas, él siempre me pedía consejos, y siempre me apoyó”.

 

 

¿Cuáles son los objetos que más te gustan de tu casa?

La verdad es que no tengo mucho apego a las cosas, incluso tengo cosas muy buenas guardadas. También tengo cosas que salen de las proyectos con los clientes y que a veces le sirven a otra persona, entonces van mutando, al menos hay un constante cambio. Además trató de lograr el minimalismo, es algo que no es fácil, pero cuando vas viendo los espacios menos contaminados, se pacifican los ambientes y quedan más prácticos.

 

Sobre sus nuevos proyectos, Camiroaga nos cuenta que “en mi oficina llevamos cinco años en un proyecto de desarrollar productos con materialidad chilenas, cosa que lo ha hecho muy poca gente. Un ejemplo es Puro Mimbre, donde venden lámparas y todo lo que te pueda imaginar con ese material en diferentes ferias internacionales . Ahora estamos desarrollando un proyecto con el crin de caballo y hemos hecho joyas  con @chicalecannelier y decoración para el hogar. Creo que en la medida que avancemos con este tipo de proyectos se va ir dando un sello natural en nuestros ambientes  y eso es algo que le encanta a la gente hoy en día. Antes era impensable tirar un chal mapuche arriba de una cama. Hoy, la gente está integrando cosas más étnicas y eso nos puede dar un sello como país.

 

Fotografias: Ignacio Prado

 

 

 

Carlos Rosenberg

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