• octubre 5, 2024

Hay que rodearse de las cosas que te gustan y hacen feliz, no de lo que dicta la moda.

La naturaleza no me pasa por encima, estoy mucho más conectada con ella.

 

“Tenemos que evitar la cultura del desecho, construir una identidad, y dar importancia a la historia de las cosas”

 

Todas las entrevistas y conversaciones nos transmiten sensaciones, emociones y aprendizajes. En esta ocasión, podría decir que fue sabiduría, algo que solo los años y experiencia te pueden dar. Así es Soledad Onetto, periodista, amante de la naturaleza, multifacética y disciplinada en todas las áreas que se ha desempeñado. Una mujer que busca su felicidad más que problemas, que saca lo bueno de cada momento y solo con eso se queda… que busca ser feliz con lo que la vida traiga… que busca agradecer y aprender básicamente.

Es una destacada periodista, pero además extremadamente profesional, con un temple, y empatía que la convierten en un referente. Conversamos con ella de su infancia, recuerdos familiares y su forma de ver la vida hoy. Los invitamos a disfrutar de su entrevista, tanto como lo hicimos nosotros.

 

Creció en una pequeña, pero hermosa familia compuesta por sus padres y hermano mayor Rafael. Precisamente a este último, lo reconoce como, “un gran soporte, amigo, quien siempre ha estado ahí. Éramos bastante peleadores de adolescentes. Pero mis recuerdos son de una infancia feliz, con cumpleaños, colegio y muchos disfraces”, recuerda.

Su madre Diseñadora de la Universidad Católica, se dedicó exclusivamente al cuidado de ella y su hermano. Sin embargo, toda su expresión de diseño y arte la plasmó en sus hijos, lo cual ella valora y reconoce día a día. “Quizás desde la perspectiva que hoy tengo, fue un sacrificio para mi mamá abandonar su profesión, no dedicarse a su pasión o no trabajar, como yo lo he hecho. Pero sí, tuve una infancia feliz, con una madre muy presente y con el arte vivo en ella, con ganas de traspasar a nosotros todo su ímpetu y talento de diseñadora. Por ejemplo, había papelógrafos que ella instalaba para que pudiéramos dibujar, pintábamos la casa, hacíamos cosas manuales, y yo la verdad no heredé ninguna de esas habilidades”, sonríe.

 

Entre risas nos confiesa no haber heredado el talento artístico de su mamá, pero observamos su gran sentido de la estética, desde que nos abrió las puertas de su casa. La distribución, los pequeños detalles que hacen de cada espacio un encanto, “heredé las ganas de tener la casa siempre linda. Mi mamá a cada cosa le impregnaba su amor y color. Nos inculcó que las cosas fuesen lindas, amar la naturaleza y tener siempre un detalle para que la casa luciera bien. A ella, le tocó sin duda el trabajo más duro… la crianza de los hijos”.

 

 

Entre revistas y noticias

 

Su padre, sin querer, fue quien despertó su interés por el periodismo. Recuerda, “él básicamente trabajaba todo el día, llegaba muy tarde, pero también era muy adicto a las noticias. Vivíamos en tiempos distintos, de dictadura militar, y él estaba suscrito a cuánto diario había. Todo el día escuchábamos noticias, en la televisión o la radio, era el típico reflejo de la casa de los ochenta. Nunca podré olvidar la cantidad de diarios y revistas prohibidas que estaban en mi casa, era parte del ambiente… de mi vida. En las reuniones familiares se hablaba mucho de política, y creo que por ahí surgió esa veta. Mentiría si dijera que tenía clarísimo que quería estudiar periodismo, porque eso no es verdad”.

Y continúa, “mi intención era escribir sobre política en El Mercurio, pero la vida me llevó hacía otros caminos. Disfruté la carrera, más por mis amigos, el patio del Campus Oriente, la vida universitaria. Pero no fue fácil, estaba un poco desorientada, mi ser interior decía que quería escribir de política, pero empecé a descubrir que no era tan fácil. Soy perfeccionista y autocrítica, entonces al escribir sentía que no quedaba bien, no tenía la facilidad de otros compañeros, pero el tiempo me demostró que tenía facilidad para hablar y expresar”, nos relata.

 

Versatilidad

 

Llegó por casualidad a la televisión, tuvo grandes escuelas que marcaron sus inicios, como canal Rock & Pop, Full Canal y Canal 13. Actualmente está en Mega y en Radio Infinita con su programa Work Café Santander, ya consolidada como una gran comunicadora. Ha realizado distintos programas y formatos televisivos, pero siempre con la misma línea y elegancia que la caracterizan, “nunca cerré ninguna puerta. En eso considero fui pionera, y tomé riesgos sin miedo. Conté con personas en la jefatura que me dejaron ser, y por los cuales siento un profundo agradecimiento, porque a pesar de leer noticias formales, no me cuestionaron hacer otros programas, ellos impulsaron mi desempeño en otras áreas. Sin embargo, a pesar de recibir críticas en ese momento, con el tiempo la mayoría de los periodistas más estrictos de prensa, también comenzaron a coquetear con otros formatos televisivos. Mi visión de la profesión es comunicar en distintas plataformas, sin perder la esencia, y hacer las cosas más fáciles al momento de trabajar”.

 

El festival de Viña del Mar ha sido uno de los momentos más importantes de su carrera televisiva, el cual la llevó a realizar algo completamente distinto a su ámbito de acción, “tuve la suerte de correr el riesgo con Felipe Camiroaga, fue la experiencia profesional más linda e impactante que he tenido en mi vida. Me gusta la estética, las cosas lindas de la puesta en escena, como el vestuario. Creo que con Felipe fuimos la pareja más elegante del festival, él por su porte, prestancia, encanto y alegría. Cada una de las personas con la que he trabajado, ha dejado en mí algo importante, y espero haber dejado algo en ellos también”.

Nos confiesa que nunca se ha sentido discriminada por ser mujer, o que ello haya significado una desventaja en su profesión. “Durante mucho tiempo en televisión y en la sociedad misma, las mujeres éramos como el arroz graneado de los hombres. Su figuración, poder, voz, importancia, y sueldos eran mejor que las mujeres. Eso lo vi desde que comencé a ejercer, pero no era más que el reflejo de lo que pasaba en cualquier profesión. Fui moldeando con inteligencia todo eso y pude abrirme un espacio entre mis pares. Hoy día en televisión, las mujeres somos mucho más potentes, tenemos voz y nos respetan. Hay que trabajar mucho, me encantaría que las mujeres ingresaran con mucha más fuerza al mercado laboral, pero entiendo que conjugar el rol de madre con el trabajo es difícil. Lo viví con mi mamá, quien dejó de lado su profesión, nos crio, y yo no puedo estar más agradecida. No sé cómo lo haría en mi caso, pero es una decisión personal y ojalá existieran más espacios de resguardo y cuidado para los niños. Es una elección para las mujeres, uno hace lo mejor que puede con lo que tiene, pero hay que bajar el nivel de exigencia, lo digo ahora a los 46 años, no sé si habría dicho lo mismo a los 26”, sonríe.

 

 

Tres intensos años

 

Para nadie ha sido fácil este último tiempo, primero el estallido social y luego la pandemia. A todos nos ha tocado estar en nuestra propia vereda, y enfrentar los acontecimientos vividos a nivel mundial. Soledad considera que, “ha sido intenso. Lo observo en diversas esferas, en los niños, porque sus colegios no pudieron seguir funcionando normalmente o en las mujeres que perdieron su trabajo. Tenemos una afectación muy grande, que no somos capaces aún de dimensionar. En el ámbito educacional, retrocedimos por las decisiones poco acertadas del colegio de profesores, al evitar el retorno de los niños a clase, con el nivel de vulnerabilidad que hay. Un segundo punto, es la afectación de la salud mental, no solo en Chile, sino en todo el mundo. Nos tendremos que sanar y curar, cada uno estuvo en su primera línea, a mí me tocó relatar, pero fue duro para todos”.

 

Cocina Soñada

 

Entre risas nos cuenta, lo feliz que le hace cocinar y comer. Desde siempre en su casa y familia, se vivió la cocina como el centro de todo, y por lo mismo, guarda lindos recuerdos de su mamá y abuelas, en torno a ella. “Cuando compramos esta casa, la cocina estaba dividida, era pequeña, pero al otro lado de la pared había un comedor de diario. Entonces, sacamos esa división para hacer un espacio grande, luminoso y elegante. Ricardo Abuauad y Silvia Undurraga, de la oficina Ciudad Nueva, fueron los arquitectos. Ellos lograron imprimir todo lo que quería, como el estilo francés, funcionalidad, y un gran mesón principal. Se rescataron las puertas originales de las alacenas y me obsesioné con el dorado. La cubierta del mesón lo hicimos con Bercia, con un material nuevo que se llama Laminam, que no se mancha y es más liviano. La televisión fue un tema, no quería, pero lo lógico era tenerla, así que nos decidimos por una con marco dorado. Todo se complementó, con mis amigos de Kitchen Center, quienes tienen mi marca favorita de electrodomésticos, Smeg, la cual siempre había querido tener. Ellos me comentaron que les encantaría que yo los usara… realmente fue un sueño”.

A pesar de ser una cocina recientemente remodelada, cada espacio tiene su historia, recuerdos o regalos, “fue un trabajo arduo, pero que funcionó gracias a Andrés mi pareja, y a todo el equipo de la constructora Crece, que le puso talento y ganas al proyecto. Quedó de todo mi gusto, y mi parte favorita, es la estación de flores y la tina para los perros, ellos son mis hijos y tienen su lugar. Se logró en la cocina un espacio funcional, con los mini electrodomésticos de Smeg, el refrigerador escondido como mueble, y muchos detalles más, como el pot filler arriba de la cocina”, nos detalla.

Considera que en su cocina todo tiene un simbolismo, porque sabía que sería el lugar donde pasarían la mayor cantidad de tiempo, “todo pasa en la cocina, penas, alegrías, convivencia, la presencia de mis animales, que son mi otra parte importante, más las cosas que he ido recolectando. Cada copa guarda un momento vivido, cada tacita de café es relevante, no me interesa que todas las tazas sean iguales, sino que tengan un sentido estético, bonito, y con una historia que contar”.

 

 

¿Cómo vives los espacios?

 

Los atesoro, porque todo tiene su encanto. Creo en embellecer los espacios que habitamos, sin que implique un gran presupuesto, por el contrario, requiere mucha imaginación, tiempo y dedicación. Hay que rodearse de las que te gustan y hacen feliz, no de lo que dicta la moda. Guardo un especial cariño por las cosas que quizás otros dirán que te deshagas, por ejemplo, en el comedor, la mesa y sillas eran de mi abuela. Al observarlas, cierro los ojos y recuerdo a mis abuelos en la cabecera, mis papás con sus hermanas, el familión. Tiene muchos recuerdos, y me emociona cada vez que lo veo, su historia es algo que no quiero dejar de ver ni contar. Tenemos que evitar la cultura del desecho, construir una identidad, y dar importancia a la historia de las cosas.

Mi estética se relaciona con la limpieza visual y la naturaleza. Cada objeto tiene su lugar, me gusta moverlos, tener un florero siempre con flores o una ramita. Una de las cosas más lindas de la cocina, es que a su salida hay un limón, ese fue un valor increíble al llegar a esta casa, sabíamos que no se podía sacar por ningún motivo, y a su lado pusimos un pomelo que me regalo Andrés, que representa la nueva historia que estamos escribiendo juntos.

¿Cuáles son tus pasatiempos?

 

Disfruto de mi soledad, no es que sea una persona antisocial, pero me gusta el silencio, leer… disfruto de esos momentos. Me encanta estar en familia, pero tengo una personalidad más bien introvertida, con un trabajo extremadamente público, donde la mayor parte del tiempo estoy con muchas personas, con las cuales comparto, quiero o elaboramos proyectos. Tenemos poco tiempo libre, por eso la gente valora más su soledad, obviamente, tenemos grupos de amigos con los cuales salimos, pero es necesario un momento de tranquilidad y paz.

 

 

¿Qué te inspira?

 

La naturaleza. Me gusta mirarla, me tranquiliza. Me conmueve ver los cambios, pasar por el proceso de sequía, me generó una angustia profunda al ver cómo todo se estaba secando, por lo mismo, valoro cuando cae agua, o ver los cerros más verdes. La naturaleza no me pasa por encima, estoy mucho más conectada con ella.

 

¿Proyectos futuros?

 

Gozar y disfrutar. Miro hacia atrás y todo lo que hice, fue de la mejor forma que pude. Muchas tareas que me autoimpuse las saque adelante con honores, no para el público, sino para mí, por el sacrificio que significaron en muchos aspectos de mi vida. Ahora quiero disfrutar más, no con un año sabático, pero he aprendido a decir que no a proyectos que no me interesan, o a espacios donde no quiero estar. Lo llevo a todo ámbito, a vivir como yo quiero vivir, aceptarme y soltar… quiero paz y tranquilidad en el frente, (sonríe).

 

 

Para más información:

IG: @soledadonetto

Carlos Rosenberg

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